Publicado en 28 Septiembre 2019
El Barranco de Badajoz en Tenerife tiene todos los ingredientes para convertirse en lugar de leyenda.Se hizo famoso a raíz de la desaparición de una niña de cinco años conocida como la niña de las peras, cuenta la leyenda situada a principios del S.XX que fue a coger una peras y desapareció, apareciendo años más tarde cuando ya su familia había fallecido según unos,según otros aún vivían; habló de un ser blanco con casco y poco más se sabe de este asunto.Distinguir la realidad de la leyenda o fantasía es difícil,sobre todo cuando hay un siglo de por medio.Esta historia nunca se ha podido demostrar,por lo tanto la contamos como leyenda.
Las personas que allí han estado dicen haber sentido una sensación extraña,como de estar en otro mundo, y no somos quienes para ponerlo en duda, al menos yo, que soy bastante respetuosa con estos temas.
Allí hay unas minas de azufre que desprenden un olor desagradable , lo cual añade misterio al lugar.
Esta foto fue tomada en el barranco.
Pero a lo largo de la geografía española hay más casos similares como el de la mujeres de Rojales* que desaparecieron o la de Antoñita Tamayo en Albacete (1980), siempre con las mismas caractéristicas, un ser de luz, o blanquecino que los protege,.En el 79 desapareció un francés en el barranco, en fin algo debe de haber en el lugar, la foto de la derecha también es extraña.
Algunas personas han visto bolas de luz correr de un lugar a otro. A estos lugares que atraen a curiosos de todo tipo, siempre es mejor ir en grupo o por lo menos tres,desde luego nunca solo.
Esfera captada en el barranco (arriba).Allí hay unas casas antiguas donde algunas personas han pernoctado, y dicen haber recibido piedras durante la noche, sin que hubiera nadie.También parece ser que en la cuevas vivieron guanches.
*En la Vega Baja hay bastante desapariciones pero no se suele hablar del tema.